Parque
Arqueológico Tikal
Tikal, en Petén, es uno de los destinos más visitados por
nacionales y extranjeros en Guatemala. Su riqueza arqueológica y natural, lo
hacen un excelente lugar para explorar.
Tikal es un
Parque Nacional Arqueológico que preserva los vestigios arquitectónicos de la
antigua civilización Maya, cuyos templos son famosos mundialmente.
Está ubicado
en Petén, que es el departamento más grande de Guatemala y cuenta con una
variedad natural inmensa. Mis expectativas eran grandes en cuanto a mi primer
viaje a este lugar.
Había
escuchado tantas historias interesantes sobre lugares a visitar que mi
curiosidad aumentaba en cuanto me acercaba.
Se puede
llegar en avión o por tierra, escogí por tierra por presentar más riqueza el
conocer los lugares cercanos y el camino en sí.
Tomé la
Carretera al Atlántico y continué hasta encontrar el cruce (bien señalado por
cierto) que indicaba el camino hacia Izabal y Petén. Pasé una noche en Izabal
pues había salido tarde y quería evitar manejar de noche. Es un camino seguro,
pero de día podría llegar más rápido al manejar a una mejor velocidad.
La siguiente
mañana reanudé mi viaje, seguí las indicaciones y llegué a la carretera que
lleva directo a Petén. Es particularmente larga y recta en comparación con la
mayoría de carreteras en Guatemala. Está en excelente estado y llegué antes de
lo que esperaba.
Según los
comentarios que había escuchado, el viaje era larguísimo, sin embargo, confío
en que conociendo bien la ruta, se puede salir por la mañana y llegar al medio
día.
Cuando
llegué a Petén, me dirigí directamente a Tikal. El camino está también en excelente
estado, sin embargo las rectas pueden hacer que uno pierda la noción de la
velocidad, y existen unos túmulos que no son visibles y hacen que el auto salte
"un poquito..."
Bien, una
vez en la entrada del parque hay que presentar la identificación correspondiente
pues siendo local, como guatemaltecos pagamos una cuota más accesible que los
extranjeros. Me dieron mi ticket y procedí a manejar por el camino que lleva
directo al parque.
Recomiendan
manejar lentamente pues como es un área natural, existen animales silvestres y
salvajes (jaguar) que transitan el área. Por la curiosidad, obvié la
recomendación y me llamaron la atención por llegar tan rápido (se dieron cuenta
por los controles de tickets). Y la verdad tienen razón, pues en el año 2,003
una persona atropelló a un jaguar dentro del parque.Cuando salí del parque,
recordé la recomendación de manejar despacio, pero como es algo difícil para
mi, me detuve y en el camino entre los árboles. Bajé del auto para ordenar mi
equipaje en el baúl para aprovechar el tiempo (es decir, tardarme y poder
manejar a mi ritmo después) y pude constatar los sonidos de animales silvestres
y salvajes (sí, rugidos) entre los árboles. Así que ingresé de nuevo al carro y
subí los vidrios mientras esperaba.
Me gusta la
aventura, y mucha tecnología puede llevar una persona, pero un rugido entre los
árboles es un rugido... Esta es otra historia...Una vez dentro del parque,
busqué los mapas correspondientes, vi la distribución e hice mi mapa mental de
mi recorrido.
Comencé por
los templos pequeños, un par de fotografías y luego llegué a los templos
mayores. Es una lástima que la humedad hace que las gradas sean deslizantes,
pues por varios accidentes en el pasado de fotógrafos y turistas que subieron a
los templos, suspendieron los permisos de ascenso y ahora solamente se pueden
fotografiar desde abajo o desde los templos medianos.
Fue
particularmente interesante ver la inteligencia y audacia de los pizotes, que
son alimentados por los turistas (a pesar de la prohibición). Y por buscar
comida se llegan a comportar como pequeños perros parados en dos patas apoyados
en las piernas de quien les alimenta.
Aunque se
ven amigables, hay que recordar que su hábitat es silvestre y la vida en la
naturaleza hace que sus mordidas puedan ser peligrosas y foco de infecciones.
Vista
impresionanteUna vez en la parte superior de uno de los templos que es posible
ascender, pude constatar la impresionante vista. No soy una persona fácil de
impresionar, pero lo que se ve desde ahi, selva, selva y más selva... y los
imponentes templos es algo que no pude pasar por alto.
Según me
decía uno de los guardianes, tuvimos suerte ése día pues se mantuvo despejado
todo el tiempo y es bastante frecuente que llueva. Es una pena no haber llevado
carpa para poder acampar en el parque y tomar fotografías del atardecer, un
espectáculo que se ve pocas veces... Será en una próxima ocasión...
De lo que
más recuerdo del parque, es la caminata que hice entre los árboles, pues salí
del recorrido normal para buscar qué fotografiar.
Fue
interesante encontrar ejemplares de aves, monos, pizotes, gusanos sedosos,
tarántulas y flora que no se ve frecuentemente. Sin embargo, también fue un
poco sorprendente el escuchar rugidos y sonidos extraños entre los árboles.
Según dicen
los guardianes esto es normal, y antes era bastante factible encontrar jaguares
al alejarse del parque. Pero ahora, con la afluencia de turistas, el ruido
provocado por los mismos, y por la existencia de cazadores furtivos, los
jaguares han aprendido que el ser humano no es amigable y deciden evitarlo.
Aunque esto no me tranquilizaría al encontrarme con uno.
Muchas
personas hablan sobre problemas de seguridad y antes de hacer este viaje me
hacían comentarios sobre lo eterno del camino y tener cuidado... al
preguntarles sobre qué les había pasado... las respuestas eran las mismas: "a
mi nada, me han contado...".
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